Preparar el asador para fuego indirecto con calor alto (230-290 °C).
En un tazón pequeño, combinar los ingredientes del rub.
Usando unas tijeras para pollo, cortar a lo largo de la columna vertebral de cada pollo por ambos lados y eliminarla. Dar la vuelta y, con el lado de la piel mirando hacia arriba, presionar con las palmas de ambas manos para romper los huesos de las costillas y poner los pollos planos.
Untar ligeramente la piel de cada pollo con aceite y sazonar uniformemente con el rub. Reservar durante la preparación del glaseado.
En una cacerola pequeña, mezclar los ingredientes del glaseado y llevar a ebullición sobre un quemador a fuego alto. Reducir la temperatura y cocinar a fuego lento, revolviendo de vez en cuando, hasta que el glaseado comience a espesar (5-7 minutos). Incorporar la mantequilla y batir. Sacar del fuego y reservar.
Cepillar las parrillas de cocción para limpiarlas. Asar los pollos a fuego directo, con el lado de la piel hacia abajo primero y manteniendo la tapa cerrada, hasta que la piel esté bien dorada (8-12 minutos), dando la vuelta una vez con cuidado de que esta no se rompa.
Trasladar los pollos a fuego alto indirecto y cocinar con el lado de la piel hacia arriba durante 15-20 minutos. Untar la piel con una fina capa del glaseado, aplicando solo el necesario para que no gotee en el asador. Seguir asando hasta que los jugos salgan transparentes y la temperatura interna alcance 70-74 °C en la parte más gruesa de los muslos (sin llegar a tocar el hueso), 5-15 minutos más, untándolos cada 5 minutos con el glaseado. Mantener la tapa cerrada el máximo tiempo posible durante la cocción.
Trasladar los pollos a una tabla de picar. Untar con el glaseado y dejar reposar unos 5 minutos (la temperatura interna aumentará unos grados durante ese período). Cortar cada pollo por la mitad longitudinalmente a lo largo del esternón. Servir caliente y, si se desea, con más glaseado como acompañamiento.